Un inolvidable regalo de Navidad: Andrea y sus hijos vivirán con dignidad

Las emociones se encontraron este viernes en el sector más alejado del ex asentamiento riograndense, en la Margen Sur, donde años atrás se encontraba el basural de la ciudad y que ahora está poblado de casillas. Desde este viernes hay una más, pero es una casita muy especial porque fue construída con mucho amor y solidaridad por un puñado de personas que trabajó intensamente, para que dos pequeños niños y su madre, pueden vivir con la dignidad que se merece todo ser humano. Ellos vivían en un viejo y muy precario colectivo.

El regalo de la Navidad llegó para Andrea Ferreyra de 30 años y sus dos pequeños hijos, un varón de 4 y una nenita de apenas 2 años. Este viernes ingresaron los tres por primera vez a la casa que construyó gente del Club Deportivo Córdoba.
La idea fue de Hernán Montecino quien no solamente les comentó esta labor solidaria a sus compañeros del club, sino que él mismo encabezó el trabajo y durante largas jornadas -utilizando su tiempo libre y también dinero de su bolsillo- empezó a construir día a día ese sueño que ahora se hizo realidad.
Sus compañeros del club colaboraron, pero también vecinos que se enteraron de esta labor y que sumaron el aporte con dinero y en otros casos con materiales. Hay que destacar también el importante aporte de dinero que se hizo a través de El Carrito del Ona, de Facundo Varas, como así también la colaboración de pastas Maddona, a través de Gustavo, su propietario.
AIRE LIBRE FM fue el único medio presente este viernes después del mediodía cuando Hernán Montecino dirigió unas palabras a los presentes, y muy emocionado recordó cómo había comenzado todo. Agradeció a todas las personas que de una u otra manera se sumaron a esta labor solidaria.
La radio entrevistó a Andrea Ferreyra (30 años), quien se emocionó hasta las lágrimas porque ahora junto con sus pequeños niños podrán dejar esa vieja carcaza de colectivo que utilizaban como casilla, muy precario todo, y podrán vivir en una casita más amplia que tiene una habitación grande, un baño y una cocina.
Montecino comentó risueñamente que él no sabía absolutamente nada de carpintería, pero que se animó con los consejos de un amigo carpintero, y si uno observa el trabajo que se hizo, es realmente envidiable lo que se ha concretado. Por el momento esta familia cuenta con el servicio de electricidad y esperan pronto poder ser reubicados para poder tener otros servicios.
Si uno observa las condiciones en que vivían en el viejo y destartalado colectivo que está ubicado al lado esta nueva casilla, se podría decir que esta familia seguramente envidiaba a muchas mascotas que tienen un lugar más confortable que ellos para poder vivir.
Hubo una ausencia casi total de la clase política para ayudar a esta señora y sus dos niños, aunque eso no es ninguna novedad
pero más allá de eso y de las broncas que a veces tuvieron que vivir ellos por muchas injusticias, el premio mayor que llevaron las personas que trabajaron en el lugar, seguramente fue la sonrisa y el “Muchas gracias” que dieron los niños con todo su inocencia, en el momento de ingresar a la casilla. Subieron tres escalones, se dieron vuelta y la mamá les dijo “digan gracias”, y ellos lo hicieron con una sonrisa-
Fue el broche de oro para quiénes estaban muy emocionados al haber dado tanta alegría y tranquilidad a estas tres personas… un lindo regalo de Navidad para todos.

1 respuesta

  1. Jose eduardo González dice:

    Que hermosa acción.Los felicitó de corazón .Esto no tiene precio y ni te cuento el muchas gracias de esos niños .Impagable .