Día 165: La primera mujer bombera de Río Grande

Hoy compartimos la historia de Silvana Mariel Johannesen, entrevista realizada por Alejandra Lisardo y que se encuentra en la página,”100RG mujeres”, pretende ser una recopilación de historias de mujeres , vecinas de Río Grande, que dejan su huella en la ciudad.

Es la primera mujer bombera en la ciudad de Río Grande. Su esposo, también fue bombero, en su caso fue el primer cadete. Ella nació en Córdoba , el 22 de marzo de 1968.
Pasó su infancia en Punta Alta, Berazategui y Don Torcuato, Provincia de Buenos Aires. Se mudaban bastante, debido a que su papá era militar.

En 1985 Mariel tenía 16 años, ese año vinieron a vivir a Río Grande. Por un lado, recuerda haber vivido los años que vivó junto a su hermana, amándola mucho; por el otro, recuerda cómo se siente vivir con un hermanito con discapacidad. A veces sentía que la dejaban sola, aunque hoy se da cuenta, lo fuerte que fueron su papá y su mamá. Su padre apostado en la Antártida, para poder hacer una diferencia de plata y costear los tratamientos médicos para Paola; su mamá, sola con ellas siempre abocada a la familia, a sus hijos.

La familia llegó a Río Grande en el ‘85, y a los dos años, en el 1987 Mariel comienza a trabajar en una farmacia de la ciudad. Luego, trabajó en el local Chunchuna Boutique. Y después, durante cinco años, como operaria fabril.

Su esposo fue uno de los primeros cadetes de Bomberos, Mariel remarca que el primer cuartel de Bomberos que hay, se levantó en un galpón que fue donado por su esposo. Por cinco años Mariel y su esposo vivieron sin hijos, los dos solos.

Durante ese tiempo, fue él que empieza a prepararse con los cursos de cadete. Ella lo acompañaba, y cursó a la par de su esposo, desde abril del ‘86.
Prácticas, cursos de Primeros Auxilios. Aun hoy, recuerda las guardias de la calle Beauvoir, que se hacían desde una combi que habían donado.
En los incendios, Mariel cumplía la función de barrera de contención, o Primeros Auxilios. Por esos tiempos, recuerda haber hecho muchísimos cursos de prácticas bomberiles. También participó en un curso de comunicaciones que dictó Vladimir Legorlois. A la vez, hacía guardias en el cuartel, limpiaba y controlaba el estado de los matafuegos.

Al principio no usaban uniforme: “Nunca imaginé que iba a ser Bombera Voluntaria. Lo hacía para ser parte, y ayudar y colaborar de alguna manera con la comunidad”, comenta.
Solo se alejó de la fuerza de Bomberos Voluntarios, luego de pasar por una dura experiencia personal. Uno de los embarazos, era muy riesgoso. Se complicó y perdió el bebé. A la vez, esto le dejó muchas otras secuelas de salud. Estuvo un año en una silla de ruedas, y bastante complicada. “Con mucha ayuda psicológica y rehabilitación logro salir delante de nuevo. Y ahí decidí dejar Bomberos. Luego de eso me dediqué a mi familia”, cuenta.

Hoy, Mariel Johannesen siente que haber sido Bombera Voluntaria es unas de las experiencias más gratificantes. Recuerda sentirse preparada para ayudar a alguien, para salvar una vida.
El 10 de noviembre de 2010 Mariel recibió una distinción especial por parte de los bomberos voluntarios.


(🎙) Aire Libre FM 96.3: