DIA 145: Una vida de servicio, Edelmira Álvarez

En este día vamos a compartir, el relato de Edelmira Álvarez, que se encuentra en el libro “Río Grande y su gente, la historia y sus protagonistas”, que es un compilado de entrevistas realizadas por Miguel Elías Vázquez en el año 2000.

Edelmira Álvarez, recuerda a Río Grande desde el año 1947 cuando se radicó en esta ciudad, trabajo como empleada doméstica, lavando y planchando ropa. Luego de 25 años de trabajo como cocinera en la Escuela Nº 2, le posibilitaron la jubilación, y el reconocimiento como Ciudadana Ilustre, por el servicio prestado a muchas generaciones de chicos.
Este es su relato:

“Llegué a Río Grande en el año 1947, en ese entonces esta ciudad era muy chiquita, casas había muy poquitas, el Banco Nación era una pequeña casita donde funcionaba el banco, al frente había una tienda que era de unos rusos, y después hasta el Batallón había una que otra casita, el Hospital funcionaba en una parte que el Batallón había cedido para que allí funcionara el Hospital, cuando nosotros íbamos caminado hasta allá, parecía que íbamos de un final al otro, ahora parece que se hace cerquita.
Cuando llegamos en el ’47, no había agua corriente, ni gas, nada, la gente se abastecía con leña y carbón, y había que guardar, en el verano la gente iba al campo, cortaba la leña y la guardaba en galpones, porque en el invierno era imposible realizar ese trabajo, no se podía andar en camiones por los nevazones, nadie andaba, había que guardar leña para todo el invierno, y cuidarse porque sino uno podía quedarse colgado a mitad del invierno.

Era una época difícil, había trabajo, pero mayormente para la gente de campo, y las mujeres, alguna que otra trabajaba como empleada doméstica, todos esos trabajitos de casa, yo trabajé muchos años como empleada doméstica.
Me gusta el Río Grande de ahora, antes había poquitas casas y se familiarizaba mucho, era poca la gente que había, y todos éramos amigos o conocidos, si había que ayudar a alguien se ayudaba con lo que se podía, se vivía bien, se trabajaba mucho. Nosotros vinimos buscando algo mejor, allá era difícil, había poco trabajo y uno cuando es joven quiere progresar, quiere tener algo más, quiere rebuscárselas de cualquier manera.

Cuando vinimos mi marido, Oscar René Toledo, comenzó a trabajar en una panadería y yo empecé a trabajar como empleada doméstica, cocinaba, hacía limpieza, lavaba ropa, hacía de todo, en ese tiempo había escasez de mujeres que trabajaran aquí, no había quien te planche una camisa, porque todo el mundo como podía nada más se lavaba la ropa; había en ese tiempo mucha gente sola acá, y comencé a lavar ropa ajena, cobraba por pieza, no me acuerdo si 50 centavos,yo loo hacía y me quedaba a veces hasta launa o dos de la mañana planchando o lavando, así viví, pero nunca me faltó nada.

Esta es parte de la historia de Edelmira Álvarez, mañana continuamos con la última parte de su relato.


(🎙) Aire Libre FM 96.3: