Alumnos presentaron un proyecto de lectura, para toda la comunidad

Un novedoso proyecto para Río Grande fue presentado por un grupo de alumnos y profesoras del colegio secundario “Padre Zink”, que está ubicado en barrio Malvinas Argentinas. Están colocando en diferentes lugares “casitas” que contienen libros. La idea es que personas puedan leerlos mientras esperan un turno médico o en el banco. Piden que no dañen los libros y siguen recibiendo donaciones.

“El proyecto se trata de llevar casitas a lugares de Río Grande y las dejamos ahí, adentro tienen libros básicamente para cualquier edad y ellos van y si estás aburrido o en lugares donde no te dejan tener el celular entonces vos vas, agarras un libro y te quedas ahí leyendo un rato”, agregando que “por ejemplo, estás en el doctor o cualquier lugar y bueno, esperas un rato y después ya dejas el libro o si querés llevarte el libro, tenés el libro de sugerencias y ahí escribís básicamente. Es una manera para entretenerse en los momentos que estás aburrido, haciendo largas filas, es un buen momento para leer”.

¿Cómo surge este proyecto?

“El proyecto surgió con tercer año en el 2018, se llevó a cabo un año y unos meses y después lo dejamos ahí. Lo retomamos el año pasado cuando estábamos todos en primero, lo retomamos varios pero bueno, la mayoría dejó. La propuesta era volver a hacerlo pero con mejores ideas, dejando más sugerencias y lo conseguimos la verdad.
Ya para la semana que viene vamos a estar dejando casitas ya en algunos de los lugares en los que nos dieron el ok y bueno, todo bastante poder participar en esto”.

¿Cuáles eran las sugerencias que le dejaba a la gente?

“Las sugerencias que nosotros volvimos a retomar, que ya estuvieron en 2018, fue no rayar, no rayar, no destruir el material que nosotros estamos donando porque ese material si bien nos lo donaron nosotros, nosotros se lo estamos dando al resto.
Entonces vimos el maltrato que le han dejado los libros, rayados, cortados, ya sea con tijera, con la mano, con lo que sea y la verdad que es feo ver y saber que otras personas que no vinieron de él, entonces retomar eso”.

¿La gente cuando abre la casita con qué tipo de libro se encuentra?

“Suele encontrarse, los más visibles son los que ya son para nenitos, otros médicos y después más adelante tienen ya los que serían ya adultos, de geografía o de historia y así, también con el libro de sugerencias que bueno, páginas en blanco y ahí puedes seguir anotando, no sé, tal cosa me gustó, tal cosa debería mejorar”.

¿Esas sugerencias las hacen los vecinos, las personas que se acercan y abren la casita? ¿Qué es lo que les decía la gente a ustedes?

O sea, de lo bueno es que era lindo, un proyecto bastante lindo, también para leer y dejar de lado todo eso. ¿Y algo feo? Tipo que poníamos el cosito, la fundita, la tapamos en la portada del libro, eso nos dijeron, que no la tapemos y la dejemos un poquito más abajo, que no la tapemos directamente”.

¿Qué es lo que pasa cuando la gente no termina de leer el libro y quiere continuar? ¿Se puede llevar el libro a su casa?

“En ese momento le damos la opción también de, no sé, estamos en el banco, tenés que hacer fila, leíste un libro que vos decís, me interesó, me gustó y me gustaría seguir leyéndolo”.

¿Y te lo podés llevar?

“Si vos te fuiste al banco pero vivís en el centro, podés ir a dejar la otra casita a la que te quede más cercana, la cuestión es dejarle y darnos tu opinión de si te gustó o retomar cosas que han dicho. Pero sí está bueno eso también porque capaz que gracias a esto conocés ya sea escritores o conocés libros que pueden estar lindos para vos y saber una nueva idea. Y bueno, decimos tomar también esa”.

¿Con cuántos libros la gente se va a encontrar adentro de las casitas?

“Alrededor de 10. La mayoría son, depende de los sectores, son 5 de adultos, 3 medios, adolescente y el resto es para niños. Si vemos que son de lugares como Mamá Margarita, dejamos ya sea 7 de chicos y 3 de más grandes. Pero la cuestión es dejarlos surtidos y que la gente pueda encontrar lo que más le guste”.

¿Ustedes siguen recibiendo libros? ¿La gente que tiene libros en sus casas se los puede traer a ustedes para que ustedes sigan aumentando las casitas?

“Sí, para eso hemos dejado el QR con todas las redes sociales que tiene el colegio para que también puedan venir a hacer donaciones. De lo que puedan o lo que quieran dar para que nosotros recibamos, eso también lo metemos”.

¿Cuáles van a ser algunos de los lugares donde estarán estas casitas?

“Tenemos varios lugares, son como 8 o 9. Tenemos por ahí el CEMEP, tenemos Rentas en el Centro, el CAP, el barrio CAP. Tenemos en Mamá Margarita, necesitamos el lugar en la confitería Roca, en el banco. Pero son lugares en los que nosotros más que nada pensamos en qué lugares se hace más la espera, se hace más larga para nosotros, y ahí introducir el proyecto”.
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