Viajaba de Río Grande a Misiones y fue detenido por no declarar un rifle en la frontera chilena

El ciudadano argentino Nolberto Quevedo, de 65 años, jamás imaginó que el viaje que emprendió el sábado, desde Río Grande a la provincia de Misiones, terminaría abruptamente en la frontera chilena de San Sebastián. Y menos que una jueza lo enviaría a la cárcel de Porvenir a cumplir prisión, por los 45 días que se fijaron para el cierre de la investigación. El argentino viajaba en una camioneta Ford-F100, y al pasar por la frontera chilena no declaró a los funcionarios de Aduanas que llevaba el rifle calibre 22 y 176 cartuchos de bala.

Quevedo escuchó atento los cargos que le formuló en el Centro de Justicia de Punta Arenas el fiscal de turno, Oliver Rammsy, donde le dijeron que su detención obedecía a un delito de contrabando y porte ilegal de arma de fuego y municiones.

El argentino viajaba en una camioneta Ford-F100, y al pasar por la frontera chilena no declaró a los funcionarios de Aduanas que llevaba el rifle calibre 22 y 176 cartuchos de bala.

Durante la revisión, los aduaneros encontraron el arma desarmada, y las diferentes piezas ocultas en la camioneta.

Como no pudo acreditar con documentos que el arma fuera de su propiedad o que tuviera permiso para portarla, fue entregado a Carabineros y detenido en la frontera.

Inicialmente correspondía que la audiencia de formalización fuera en Porvenir, pero como ayer no había juez en esa localidad, el detenido fue llevado a Punta Arenas.

Y como la jueza de Punta Arenas acogió la prisión preventiva que pidió el fiscal, Nolberto Quevedo continuará su periplo judicial en esa ciudad, donde el abogado defensor, Juan Carlos Rebolledo, pidió el cumplimiento del encarcelamiento.

El rifle y las balas que no declaró Quevedo formarán parte de un lamentable episodio en su vida. Desde ahora contará los días que deberá esperar en prisión el término de la investigación, luego de que su libertad fuera considerada “un peligro para la sociedad”.

Uno de los argumentos del defensor Juan Carlos Rebolledo para impedir la prisión de su cliente, fue que el rifle de su cliente, “es súper antiguo y por eso lo llevaba desarmado”.

Descartó de plano el contrabando y consideró demasiado grave imponer la prisión, entendiendo que un argentino está obligado a pasar por Chile, más aun siendo una persona adulta y sin antecedentes penales, que lo que menos se puede pensar en que sea un contrabandista.

Además afirmó que viajaba a Misiones por motivos de que su señora está muy enferma.

(La Prensa Austral)