Momento político

Cristina Fernández de Kirchner junto a operarias.

Hace diez años se oficializaba la prórroga de la Ley de Promoción Industrial para Tierra del Fuego hasta 2023 mediante la publicación del Decreto 1234 en el Boletín Oficial. Si bien, el ex presidente Néstor Kirchner tenía “a sólo una firma” la documentación en 2005, estaba esperando el “momento político” para su extensión. Dos años después, sería un hecho luego del discurso que brindó CFK en Río Grande durante la campaña presidencial. Hoy, la industria se recupera levemente de los miles de puestos de trabajo perdidos a partir de diciembre de 2015 y el Gobierno nacional se muestra cauteloso con respecto a una posible discusión, aunque puede ser quien apriete el gatillo en el futuro. 

El círculo vicioso. Tanto en los noventa como en la actualidad, la liberación de los mercados tuvo efectos negativos en el fin del mundo. Tierra del Fuego se vio afectado por el cierre de empresas y la baja en el empleo, que según cifras de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) alcanzó los 7 mil puestos de trabajo en las electrónicas.

Los parques industriales vacíos, sin camiones ni colectivos, tampoco sin operarios que corren hacía sus vehículos para escapar tras esas productivas horas de encierro. Una imagen que muchos ya vieron, y está acompañada por decisiones que intervienen la economía nacional.

Los carteles indican una realidad, Foxman pasó a ser un conjunto de canchas.

El régimen promocional fueguino data de la década del ’70. La necesidad de promover el desarrollo de un territorio escasamente poblado (13.431 habitantes en 1970) motivó la sanción de una ley de promoción económica en 1972. En 1973 existían solamente 60 industrias, fundamentalmente aserraderos, que ocupaban a 581 personas. En la década del ’80 se radicó un importante conjunto de empresas, en su mayor parte productoras de electrónica, electrodomésticos, textiles y plásticos.

Los resultados de estos años tuvieron dos vertientes, que varió con los cambios de mando ejecutivo. Los que contestan afirmativamente señalan que el balance es positivo por el vigoroso crecimiento industrial, creación de miles de puestos de trabajo y una expansión demográfica que mejoró el equilibrio territorial nacional. Desde la otra vereda, el costo fiscal del régimen encabeza una lista de críticas. Según economistas, los productos valen el doble. El CEO de Newsan, Luis Galli, admite que el año último, en tiempos del cepo cambiario y cerrazón a ultranza de la economía, los teléfonos estaban 50% más caros que en Brasil, pero destaca que la diferencia se acotó a 25% o 30 por ciento. “¿Puede seguir bajando? Nosotros decimos que sí”, dice Galli y se defiende: “La electrónica no es la excepción en la Argentina, es tan cara como la nafta, la ropa, los alimentos”.

Nueva era

La asunción de Néstor Kirchner en mayo de 2003, llegó acompañada de una promesa para cambiar “profundamente” la moral y la cultura del país tras a la “más grave crisis económica e institucional de la historia argentina”.

Bien al sur, en la provincia más joven, la situación política seguía de cerca el accionar nacional. Crisis económica sumado a un elevado grado de corrupción era el combo final de la gobernación del justicialista Carlos Manfredotti, que no desentonó del anterior –José Estabillo– y tampoco lo hizo el siguiente, Mario Jorge Colazo.

Néstor y Cristina Kirchner durante la vigilia de Malvinas. (Año 2004)

El 2 de abril de 2004, durante uno de los festejos más importantes para el pueblo fueguino, la vigilia y el acto oficial contaron por primera vez con la participación del presidente. La Cuestión Malvinas y los guiños a la industria nacional serían dos factores claves para el momento político de la futura presidenta, Cristina Fernández, quien acompañó a Nestor Kirchner en aquel viaje.

Un año después de esa visita, el entonces ministro de Producción de Tierra del Fuego, Marcelo Morandi, señalaba que “las conversaciones sobre la continuidad de los beneficios impositivos de la Ley 19640 estaban avanzadas”.

Además, el funcionario aseguraba que “las políticas productivas que desarrolla el gobierno de Colazo tenían intención de posicionar a la provincia en condiciones de competitividad con respecto a la ciudad brasileña de Manaos”. Por esos días, el diario La Nación publicaba un artículo con el título “Reabren una planta en Tierra del Fuego”, con un contenido discursivo favorable hacía las políticas del presidente y su decisión de invertir en la provincia.

Crisis interna

El 2 diciembre del mismo año, la Legislatura fueguina resolvió expulsar al gobernador por mal desempeño e inhabilitarlo por 10 años a ejercer un cargo público. El entonces vicegobernador Hugo Cóccaro, convertido en máximo enemigo del “Mostro”, quedó al frente del Poder Ejecutivo hasta que finalizó el mandato.

La corrupción en esos años se notó en los tribunales fueguinos más tarde. Entre 2007 y 2014, fueron condenados 31 ex funcionarios de los gobiernos fueguinos. Además de estas resoluciones, hubo varios casos que quedaron impunes. De los 13 ex funcionarios condenados a prisión efectiva, 6 pertenecen a la gestión Cóccaro, 5 a la de Colazo y 2 a la del ex gobernador Carlos Manfredotti. Pero en el mismo período, también hubo otras 18 condenas a prisión en suspenso.

Este panorama no alentaba ninguna firma ni anuncio importante para la provincia, algo que también ocurre en la actualidad. Mientras los representantes locales agotan la paciencia con sus inmaduras discusiones, aún no se ha hecho un planteo para lograr una prórroga a largo plazo. El ejemplo y una “visión de competitividad” en el gobierno colacista, la ciudad de Manaos, en Brasil. En 2014, el Senado del país vecino extendió por 50 años -hasta el 2073- los beneficios impositivos para la zona franca.

Luego de esta turbulencia en la isla, llegaban las elecciones. El marco local, se presentaban dos fórmulas “en sintonía” con el kirchnerismo. Por un lado, el gobernador Cóccaro junto a Rosana Bertone, ambos peronistas, y por el otro, Jorge Garramuño y Pablo Blanco (MPF – UCR). De atrás corría Fabiana Ríos y Carlos Basanetti (ARI), quienes se impusieron en segunda vuelta con el 52,51% de los votos.

El 26 de junio de 2007, el presidente Kirchner se reunió con la gobernadora electa. “Usted sabe que nosotros no somos kirchneristas.—¡Sí sí, por supuesto!”, así comenzaba el diálogo en Casa Rosada. Fuentes aseguraban al diario Clarín, que el triunfo de Ríos había “sido muy bien visto” por el jefe de Estado. En aquel encuentro se habló de inversiones y las prioridades que tenía Tierra del Fuego. Una de las principales preocupaciones era la deuda de U$s 200 millones que arrastraba en su caja de previsión.

Puso el gancho

Tres meses después llegó la firma del decreto. El Poder Ejecutivo Nacional otorgaba una prórroga hasta 2023 de la Ley de Promoción Industrial para Tierra del Fuego. Manaos contaba con la misma fecha de vencimiento, en ese entonces.

La senadora y candidata presidencial, Cristina Fernández visito la ciudad de Río Grande. (17/09/07)

Desde el entorno presidencial señalaban que Kirchner esperaba el “momento político” para tan importante anuncio, y se hizo efectivo luego de la visita de Cristina Fernández a Río Grande en el marco de la campaña presidencial. Luego, la candidata que oficializó la extensión de la 19640, obtuvo el 45,28% de los votos y Tierra del Fuego fue una de las que acompañó una victoria nacional.

Esta es una Argentina distinta, de fuerte perfil industrial”, señaló la senadora ante una nutrida concurrencia al acto que se realizó en el gimnasio del Colegio Salesiano Don Bosco.

También hablaron el intendente local, Jorge Martín, y el gobernador fueguino, Hugo Cóccaro. El mandatario elogió la gestión de Kirchner y afirmó que “ningún presidente ha hecho tanto en tan poco tiempo por la provincia de Tierra del Fuego”. En ese sentido, mencionó obras públicas como la pavimentación de la Ruta Nacional 3, el gasoducto Río Grande-Ushuaia y la construcción de escuelas. “El pueblo de Tierra del Fuego le estará eternamente agradecido”, expresó Cóccaro.

A su turno, el intendente Martín calificó de “trascendental” la jornada, a raíz del anuncio de la prórroga de la Ley de Promoción Industrial fueguina. “Hoy se prolonga hasta 2023 la ley que nos permite a los fueguinos y a los argentinos seguir creciendo en más y mejor calidad de vida para todos nosotros”, expresó.

En declaraciones a este medio, la actual gobernadora señaló que “El intendente Martín había sido uno de los pocos que trabajó por esa extensión“.

Las inversiones no tardaron en llegar a una provincia que intentaba recuperarse de años oscuros en el ámbito político con una corrupción que atravesó los tres poderes. La próxima tarea era crear una industria que logre tener un empleo estable.

Según cifras del Ministerio de Industria de Nación los puestos de trabajo en la provincia pasaron de 2000 en 2008 a 12.000 en 2012 (un alza del 500%). Para el gobierno fueguino esa industria ya ocupaba 3962 empleados en 2008 y que se llegó a los 8273 a mediados de 2011 (una variación del 108%). Más allá de las discrepancias, el efecto multiplicador es visible. Ese efecto fue un golpe en el primer trimestre del año 2012, cuando hubo cerca de 1000 contratados menos por las trabas a las importaciones.

Contratos basura

Aunque el término hiera los sentimientos de algunos actores comprometidos, el término “contrato basura” empezó a ser una calificación acertada pero despectiva de la situación laboral de los operarios. Según variaban las órdenes económicas -atravesadas por los gobiernos- un llamativo porcentaje de la población en Tierra del Fuego trabaja en la industria entre tres y nueve meses, a veces alternados.

La inestabilidad laboral era una preocupación para miles de trabajadores aunque la ganancia era importante, lo que les permitió a muchos invertir en otras actividades o en obras ante el miedo de que el llamado no vuelva a llegar.

En el año 2013 hubo un récord de empleos que llegó a 16.400 empleados en la industria fueguina. Los efectivos, es decir, los que poseen estabilidad y permanencia laboral, alcanza solamente el 55%, una cifra que superaba a los 9 mil trabajadores.

Los restantes 7.380 trabajadores estaban registrados en diferentes modalidades de contratación, PPD y contratados. El contrato de trabajo “permanente de prestación discontinua“, aseguraba a los trabajadores tener cuatro meses de trabajo por año y el resto era a disponibilidad de la producción. Estos “aspiran” a ser efectivizados. Los contratados tienen fecha de inicio y de final, puede ir de quince días a meses de trabajo en uno o varios contratos.

En algunas fábricas, los contratados tuvieron seis o más años de continuidad laboral y no consiguieron ni siquiera ser PPD.

La electrónica mueve al comercio y al sector público de la provincia y, sobre todo, de Río Grande. Representa el 20% del producto bruto geográfico (PBG) de la provincia, el 26% del empleo privado y el 35% de sus ingresos tributarios y no tributarios, según Abeceb. La ex gobernadora Fabiana Ríos (Partido Social Patagónico) recuerda que cuando asumió el poder en 2007 tenía dos empleados públicos por cada uno privado y por la electrónica la proporción quedó pareja al dejar el cargo, en 2015.

Ilusión fabriquera

Este movimiento laboral en la provincia llamó la atención de propios y extraños. Muchas personas comenzaron a llegar a la isla con la ilusión de obtener un mejor pasar. La demanda habitacional y la extrema necesidad atrajo irregulares situaciones en los asentamientos, de las tres ciudades de Tierra del Fuego.

Además, tanto en la montaña de Ushuaia como el la margen sur de Río Grande, ocurre un fenómeno de crecimiento sin igual, que hoy tiene a miles de personas sin servicios, y en muchos casos sin trabajo también tras el cierre de las fábricas y despidos masivos.

Ya en 2012, “el nuevo asentamiento precario en el sur del Río Grande, en el que 1800 familias sufren un crudo invierno sin servicios, es parte del sueño de un salario industrial”. Un reportaje de Aire Libre FM de aquel año mostraba como un tacho era el lugar para hacer las necesidades de una familia, que encima estaba congelado por el frío extremo.

Sumado al movimiento demográfico, la fábrica brindaba la oportunidad y buena remuneración a muchos jóvenes sin experiencia o que se formaban como adultos en la sociedad.

Una promesa de mejora salarial y laboral corría por los pasillos de las fábricas a través de los delegados gremiales y en las asambleas que convocaba el referente de la UOM, Oscar Martínez.

Oscar “Zurdo” Martínez, referente del sector trabajador.

Esta ola fabriquera en Tierra del Fuego llevó al referente de la Unión Obrera Metalúrgica al Congreso. Fue elegido diputado en 2013 con el objetivo de defender los intereses de Tierra del Fuego y lograr, desde la banca, leyes para la industria nacional.

Tras una buena administración en el sindicato, el “Zurdo” fue elegido por una masa de trabajadores que avaló su trabajo en pos de conseguir más derechos pero su labor legislativa fue escasa.

El respaldo se hizo ver en las grandes manifestaciones que convocaba el sector metalúrgico y también por la necesidad de lograr una estabilidad que nunca llegó.

En el discurso, es por lejos uno de los representantes del movimiento obrero en la cámara baja. Hoy, busca la reelección en el cargo.

Resultado de la inestabilidad

16 de diciembre de 2015, fábrica IATEC de Río Grande | Vivencia del autor | Facundo, el supervisor del turno noche en la sección de aires acondicionados, llamó a todos los operarios pero se dirigió a una parte de ellos en especial. “Chicos los felicitó a todos por el trabajo realizado por estos tres meses y ojalá puedan seguir trabajando acá o en otra empresa. Lamentablemente acá dependemos de muchas cosas, los grupos empresarios, las políticas nacionales y la economía, que todo eso termina repercutiendo en la producción que tenemos acá. Mucha suerte y muchas gracias a todos”, señalaba además de hacer referencia a que para muchos era la primera experiencia laboral. 

Por ejemplo, en una sección en la línea de producción habría ocho personas. De esas ocho, seis eran contratadas por esos tres meses, y el resto trabajaba durante el año con un personal reducido.

Cuatro de esos empleos lo tuvieron jóvenes con intenciones de continuar sus estudios, dos con objetivos laborales a largo plazo y dos jefes de familias, uno de Chaco y otro de Entre Ríos que viajaron a Río Grande para trabajar en una electrónica.

El último día fue con buenos ánimos, no había trabajo ya que la producción estaba finalizada, y los operarios tendrían vacaciones tras un duro trabajo con los equipos. A muchos ese “duro” les llegó de verdad, las lesiones también llegaron a los trabajadores por los movimientos repetitivos de las líneas.

Pero por dentro, cada uno de esos contratados – que firmaron un contrato por 19 días, luego uno por un mes y otro por 16 días, ganando en total una suma cercana a los 75 mil pesos ya que también obtuvieron algunos plus-, sabían que era muy difícil que ese llamado vuelva a llegar. La vuelta a casa fue en silencio, con la caja navideña y con ganas de salir para celebrar esa experiencia laboral.

De vuelta al principio

El año 2016 comenzó con una gran crisis en el sector industrial. Miles de personas se quedaron sin empleo, cerraron fábricas y la inseguridad en los puestos de trabajo continúa hasta el presente. El gobierno del presidente Mauricio Macri, a través de sus medidas de liberar los mercados, perjudicó gravemente a la industria fueguina. Sumado a estos despidos masivos se generó una situación de inseguridad en torno a los empleos que aún se mantienen.

Trabajadores y delegados optaron por “arreglar” una indemnización y cobrar el dinero. Otro sector opta por seguir defendiendo esta fuente de trabajo.

En 2017, año de elecciones, llegó un ligero repunte en la industria pero nuevamente asoma el fantasma de los contrato basura y de las estadísticas infladas. Además, estos fantasmas se ven profundizados por el factor político. En el medio, acusaciones de un lado para el otro. Quien defiende a la industria y quien no, quien hace algo por la industria y quien no.

Por el momento, desde Nación se muestran con demasiada cautela hasta casi ignorando el tema de las industrias y la caída de empleos. Macri en campaña avaló la 19640 pero apuntaba a la reconvertir la producción y aumentar la competitividad, después ni siquiera apareció en la provincia.

Aún el momento político de una nueva prórroga está lejos. Los representantes fueguinos deben plantear la extensión acompañada de estabilidad y competitividad de los procesos productivos, pero primero deben dejar atrás los conflictos internos de poder. Por ahora, hay tiempo hasta 2023 y un nuevo momento político aparecerá.