Gran Premio de la Hermandad: varios accidentes y un herido grave

Con un saldo de numerosos accidentes y lesionados, culminó este fin de semana la 45º edición del Gran Premio de la Hermandad, competición binacional iniciada a nivel de clasificatorias el viernes pasado en Porvenir con 186 binomios preparados -a los que se agregaron otros nueve- para cubrir los 423 kilómetros del tramo a unir entre dicha comuna y Río Grande.

(Informe diario “La Prensa Austral”).- Según datos extraoficiales, más de 40 habrían sido los incidentes que tuvieron lugar en la ruta. Entre los accidentados de gravedad, se identificó al copiloto del vehículo Nº 817 -de ‘Peña Continental Maderas S.R.L., Río Grande-, Héctor Vásquez (41), que habría sufrido fractura de base de cráneo -situación a confirmar-, tras volcar a tres kilómetros del cruce Las Flores, debiendo ser trasladado hasta Punta Arenas por personal de la sección aeropolicial de Carabineros.

El tripulante se encontraba internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de Punta Arenas, en tanto el piloto -Ezequiel Aimetta- habría presentado fractura de clavícula y un Tec moderado, siendo derivado hacia la frontera argentina, y llevado después al hospital de Río Grande. Cabe destacar que una importante labor en las coordinaciones para lograr el rescate la lideró el cabo 1º de Carabineros, Juan Rivera Cuevas, de la tenencia San Sebastián, gracias a lo cual concurrió un carro de rescate hidráulico de la Enap, que permitió completar la evacuación de los heridos desde el móvil.

En otro punto del recorrido, puntualmente en el kilómetro 88 de la ruta Y-71, el vehículo N° 495 que era conducido por el ciudadano chileno Jorge Guic Sesnic -que sufrió fracturas en costillas y clavícula- y su acompañante Iván Barticevic Jeldres -que resultó ileso-, volcó tras perder el control del automóvil marca Peugeot 106 que guiaba. En su auxilio concurrió personal de Carabineros de la Tenencia Cerro Sombrero, en conjunto con personal del Samu del Hospital de Porvenir, los que se encontraban apostados en el cruce Onaissin -donde las condiciones de ‘piso’ eran variables-, siendo atendidos posteriormente por la médico de turno que se encontraba en dicho sector.