“Es imposible vivir así, uno viene a trabajar, no a esperar que lo roben”

El histórico restaurante “Lo de Nené”, en Almafuerte al 500, sufrió un nuevo intento de robo. Su propietario, Nené Maciel, relata el angustiante episodio y la impotencia de convivir con una inseguridad que se repite sin respuesta.

En la madrugada del miércoles, delincuentes volvieron a intentar ingresar al restaurante “Lo de Nené”, ubicado en Almafuerte al 500. Esta vez no lo lograron, pero los daños quedaron a la vista. “Gracias a Dios no pudieron entrar, porque habíamos reforzado bien las puertas”, contó su propietario, Nené Maciel, con visible mezcla de alivio e indignación.

 

El intento fue por la misma salida de emergencia donde ya habían ingresado en robos anteriores. “Rompieron todo intentando abrir, doblaron las rejas que tienen más de tres metros para treparlas, y empezaron a romper puertas. Por suerte la policía llegó y agarró a uno adentro del local, estaba fugando por los fondos”.

 

La secuencia es tan conocida como repetitiva: en menos de un mes, sufrieron dos robos y este nuevo intento frustrado. El comerciante señala que se trataría de los mismos autores de las veces anteriores. “Me dijeron que uno de los chicos ya tenía una provisión de acercamiento, pero volvió igual. Es gente del barrio, todos los conocen. Ya no tienen miedo a nada”.

 

El enojo de Maciel se incrementa al hablar de las respuestas judiciales: “Te da bronca. Ya sabés quiénes son, los notifican, les ponen una orden, y vuelven como si fuera su casa. La justicia los suelta y después tenés que ir vos a retirarlos de tu propio local. Es indignante”.

 

A pesar del desánimo, decidieron reforzar la seguridad. “Estamos invirtiendo en alarmas, aunque estos tipos no tienen miedo a nada. Si les das la mínima posibilidad, entran. 

 

Las pérdidas económicas no son menores: carne, fiambres, vinos finos. “No tenemos la cuenta exacta, pero son millones. Todo cuesta mucho hoy, y lo poco que tenés te lo rompen o te lo llevan”.

 

El relato de Nené Maciel, además de testimoniar un hecho puntual, refleja la angustia diaria de muchos comerciantes: el miedo de cerrar cada noche con la incertidumbre de si al día siguiente todo seguirá en pie. Y la sensación, cada vez más extendida, de que la justicia no protege a quienes trabajan, sino que libera a quienes delinquen.

 

(EN EL AUDIO LA ENTREVISTA COMPLETA)

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