Los 104 años de Río Grande: Entrevista a los hermanos Hilda y Alberto “Titín” Aguilar

Historias de familia, motos y comunidad en una ciudad que creció con sus pioneros. En el mes en que Río Grande celebró su 104º aniversario, continúan los homenajes a quienes forjaron con trabajo, pasión y compromiso la identidad de esta tierra. Este jueves los protagonistas fueron los hermanos Hilda y Alberto “Titín” Aguilar, reconocidos vecinos que compartieron entrañables recuerdos familiares y vivencias que reflejan el espíritu de toda una generación.
Titín es una leyenda viva del motociclismo fueguino. Participó en 39 ediciones de la tradicional Vuelta a la Tierra del Fuego, desde su creación en 1984. “La primera vuelta fue por Ruta 3, sin cortes ni señalización, llegábamos en cuatro o cinco horas. Hoy la carrera es otra cosa, pero en ese momento la hicimos con lo que había, con motos prestadas, cascos simples y mucha pasión”, relató.
El piloto recordó también la historia detrás de esa primera edición, surgida casi de forma espontánea en el taller familiar. Con un grupo de pioneros —los hermanos Ojeda, Carlos Torres, Cacho Gómez, entre otros— se propusieron unir Ushuaia y Río Grande en una competencia que hoy es emblema de la isla. “Nunca imaginamos lo que iba a generar. Fue una carrera más, pero no se dejó de hacer nunca más”, dijo.
Por su parte, Hilda compartió relatos de la vida familiar en el barrio San Martín, donde crecieron junto a sus ocho hermanos. Recordó con ternura la casa paterna, las comidas caseras, la elaboración del pan entre todos los hermanos, y las tardes de juegos con las vecinas, como las hermanas Tenorio. “No teníamos guantes, usábamos medias. Éramos felices igual”, expresó con una sonrisa.
Ambos hablaron de sus padres, inmigrantes chilenos llegados a Río Grande en los años 30 y 40. El padre trabajó en YPF, luego de pasar por Obras Públicas y la empresa norteamericana Tennessee. La madre, con fuerza y dedicación, crió a una familia numerosa, incluso desde muy joven. “Fue madre a los 14 años y quedó viuda a los 24 con cinco hijos. Después formó una nueva familia con mi papá, y nacimos ocho más”, contó Hilda.
También hubo espacio para recordar los bailes en el Club Belgrano, los trabajos en las primeras fábricas, como la de relojes o sábanas, y los almacenes históricos como Gliubich y Menón. Hilda, hoy jubilada, participa activamente en el grupo de Newcom, una actividad deportiva para adultos mayores que la mantiene en movimiento y en contacto con la comunidad.
Al final de la charla, los mensajes y saludos de oyentes emocionaron a los protagonistas. “Titín fue mi primer patrón”, “Hilda es parte de mi infancia”, “Gracias por tantos recuerdos”, se escuchó desde los micrófonos de la radio.
Historias como la de los hermanos Aguilar son el alma de esta ciudad. En el aniversario número 104, Río Grande se abraza a sus raíces, a sus pioneros, y a la memoria viva de quienes la construyeron con esfuerzo, amor y comunidad.
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