El cultivo de mejillones en Almanza: una apuesta productiva con potencial internacional

Puerto Almanza se está consolidando como un polo incipiente para el cultivo de mejillones en Tierra del Fuego. Fabio De la Mata, productor local y exsecretario de Industria de la Provincia, contó en AIRE LIBRE FM cómo funciona esta actividad, los desafíos que enfrenta y las oportunidades que abre para diversificar la matriz productiva de la provincia.
“Nosotros estamos tratando de implementar un cultivo que, en realidad, no es nuevo: hace muchos años que se trabaja en Almanza. Hay dos formas de hacerlo: una es la extracción directa del banco natural, y la otra es lo que estamos haciendo nosotros, que tiene que ver con las líneas de cultivo en mar abierto”, explicó.
El proceso: de la larva a la cosecha
El sistema consiste en instalar líneas de 200 metros con boyas que sostienen cabos de captación y de engorde. Allí, las larvas se fijan y comienzan su desarrollo. “El mejillón que utilizamos es el que está en el banco natural. No hay especies introducidas, no hay alimento agregado, no hay absolutamente nada nuevo. Lo único que hacemos es darle un lugar donde posarse”, detalló.
La biología del mejillón es compleja. “Entre septiembre y enero, las hembras excretan óvulos y los machos espermatozoides. La corriente une esas células y a los 40 días se convierten en larvas. Esas larvas buscan dónde fijarse, y para eso colgamos los cabos. A los 12 meses obtenemos una semilla de unos 2 centímetros, que después resembramos para que engorden hasta alcanzar el tamaño comercial en 24 a 26 meses”, explicó De la Mata.
El productor señaló que se trata de un proceso largo pero continuo: “Cuando se logra la cadena de producción, la cosecha se vuelve constante. Hoy ya estamos cosechando unas 150 toneladas”.
Empleo y desarrollo local
La actividad ya genera puestos de trabajo en la zona. “Nosotros tenemos 20 personas en el campamento de Almanza, la planta en Ushuaia tiene unas 20 más, y entre lo administrativo debemos ser unas 5 o 6 personas. Es decir, unas 40 personas en total”, indicó. Además, destacó el rol de la ciencia en el proyecto: “Tenemos dos biólogas, una doctora del Conicet y otra joven de acá, con equipos de última tecnología que cada semana miden la cantidad de larvas y de especies acompañantes. Esto no se hace a ciegas”.
Un producto de calidad
De la Mata aseguró que el mejillón fueguino tiene ventajas frente al chileno: “El rinde en carne es de alrededor del 40%, mucho más alto que en Chile. Además, nuestra carne es más firme y la concha más dura, lo que facilita el envasado al vacío y lo hace más apetecible al paladar”.
Actualmente, el producto se comercializa en Buenos Aires a 3 dólares el kilo, mientras que en el mercado internacional ronda entre 1,80 y 2 dólares. “Es una de las proteínas más baratas del mundo, con alto contenido de omega-3 y sin grasas. El problema es que en Argentina no estamos tan acostumbrados a consumirlo”, reflexionó.
Desafíos y sustentabilidad
El gran desafío, según el productor, es lograr escala: “El mejillón necesita mucho volumen porque la rentabilidad es baja. En Chile, por ejemplo, hay familias que producen semillas y se las venden a grandes empresas. Acá, como no hay pequeños productores, nosotros asumimos todo el riesgo de la cadena”.
Sobre el impacto ambiental, fue categórico: “Nadie en el mundo puede exportar mejillones sin certificaciones internacionales. Si hubiera un impacto, se detecta y el comprador lo sabe. Nosotros ya hicimos un estudio de impacto ambiental y ahora estamos con el segundo. El mejillón, además, es un gran convertidor de huella de carbono: filtra lo que hay en el agua, sea bueno o malo. El impacto más visible es estético, ver boyas en el canal. Pero impacto hay en toda actividad humana: lo mismo pasa cuando entrás a Río Grande y ves fábricas donde antes había bosques”.
Una apuesta a futuro
Finalmente, De la Mata vinculó el cultivo con el debate sobre el desarrollo provincial: “Esta provincia necesita empezar a buscar nuevas alternativas productivas. No digo que la electrónica no vaya más, creo que todo suma, pero la población aumenta y tenemos que diversificar. El mejillón puede ser una de esas alternativas”.
Y dejó una invitación abierta: “Cuando quieran, están invitados a venir a Almanza a ver el cultivo. Así pueden conocer las máquinas, cómo se cosecha y todo lo que pasa en este proceso”.
(EN EL AUDIO LA ENTREVISTA COMPLETA)
() Aire Libre FM 96.3: