DIA191 Río Grande tiene luz eléctrica

En esta última semana, otro momento importante en la historia de nuestra ciudad, fue tener luz eléctrica.

Hoy relataremos como Río Grande tiene luz eléctrica …

Comenzando la década del ’40, en el taller mecánico de Pinola Y Martínez se instala una usina que comienza a proveer de luz eléctrica a las manzanas aledañas.
Fue el 11 de mayo de 1940 cuando Río Grande conoció por primera vez la luz eléctrica. Francisco Pinola y Esteban Martínez decidieron extender unos cables desde su propio generador, desde un motor Lister Blackstone de 15 Kw, para proveer de luz a una fiesta especial: el casamiento de Federico Romero y Violeta Roberts. El taller se ubicaba en la esquina de Espora y Alberdi, y el generador era utilizado únicamente para el funcionamiento de dicho taller.

Luego de aquel casamiento sus dueños extendieron cables a otros diez consumidores de las cuatro manzanas circundantes.
De esta manera, sin querer, Pinola y Martínez se convierten en proveedores de energía eléctrica a la mayoría de las viviendas de Río Grande, que para aquella época no superaba los 500 habitantes.

Esteban “Chiquito” Martinez -hijo del dueño- era el encargado de medir lo consumido en cada vivienda. Así iba casa por casa, tomaba el registro correspondiente y a la semana entregaba la boleta para cobrar el servicio de luz eléctrica.

En principio y como no todas las viviendas tenían su medidor, muchas veces Chiquito y sus hermanos eran enviados a modo de “espias” para ver cuantas lamparitas eléctricas tenía cada familia. Con esta información, su padre les calculaba el consumo y por ende a cuanto ascendía su deuda a pagar.
Con estos avances tecnológicos, la Gobernación intervino para desarrollar la actividad. La Comisión de Fomento de Río Grande, junto a la Gobernación del Territorio y el Presidente de la Nación Marcelo M. Ortíz, autoriza oficialmente a Martínez y Pinola a suministrar energía al vecindario, por medio del Decreto N° 062364, del 15 de mayo de 1940, expediente 15930 T 1940. Mientras que el Decreto N° 40800/34, establece y regula oficialmente la tarifa de uso y la duración de la concesión fijada en 20 años.

Esta usina significó crecimiento para la pequeña ciudad. El pueblo crecía y esto demandaba más suministro de energía, Hubo crecimiento en la edificación, surgieron nuevos negocios y almacenes. Este crecimiento necesitaba el acompañamiento de un motor de mayor potencia y nuevos espacios. Fue así, que en 1942, en la casa particular de Esteban Martínez, que poseía dos galpones, se instaló el motor JUNG SD 130 de 45 HP y 35 Kw, provisto por la empresa Thyssen- Metal de Buenos Aires.

Río Grande se perfilaba como una ciudad petrolera. Así se perforó con éxito el primer pozo denominado TF 1 en 1947; esto significa que la población de la ciudad crecía día a día, y junto a esto aumenta, la demanda de servicios y para ello era fundamental seguir ampliando los motores, “(…) con el advenimiento del petróleo en el 1947, compran con fondos propios y una financiación del Banco Industrial, dos motores Caterpillar D 13000 de 75 Kw cada uno. El primero de estos equipos comenzó a funcionar en 1948 y el segundo en el año siguiente.”


(🎙) Aire Libre FM 96.3: