DIA 34: Río Grande tiene luz eléctrica

Hoy relataremos como Río Grande tiene luz eléctrica …

Comenzando la década del ’40, en el taller mecánico de Pinola Y Martínez se instala una usina que comienza a proveer de luz eléctrica a las manzanas aledañas.
Fue el 11 de mayo de 1940 cuando Río Grande conoció por primera vez la luz eléctrica. Francisco Pinola y Esteban Martínez decidieron extender unos cables desde su propio generador, desde un motor Lister Blackstone de 15 Kw, para proveer de luz a una fiesta especial: el casamiento de Federico Romero y Violeta Roberts. El taller se ubicaba en la esquina de Espora y Alberdi, y el generador era utilizado únicamente para el funcionamiento de dicho taller.

Luego de aquel casamiento sus dueños extendieron cables a otros diez consumidores de las cuatro manzanas circundantes.
De esta manera, sin querer, Pinola y Martínez se convierten en proveedores de energía eléctrica a la mayoría de las viviendas de Río Grande, que para aquella época no superaba los 500 habitantes.

Esteban “Chiquito” Martinez -hijo del dueño- era el encargado de medir lo consumido en cada vivienda. Así iba casa por casa, tomaba el registro correspondiente y a la semana entregaba la boleta para cobrar el servicio de luz eléctrica.

En principio y como no todas las viviendas tenían su medidor, muchas veces Chiquito y sus hermanos eran enviados a modo de “espias” para ver cuantas lamparitas eléctricas tenía cada familia. Con esta información, su padre les calculaba el consumo y por ende a cuanto ascendía su deuda a pagar.

Con estos avances tecnológicos, la Gobernación intervino para desarrollar la actividad. La Comisión de Fomento de Río Grande, junto a la Gobernación del Territorio y el Presidente de la Nación Marcelo M. Ortíz, autoriza oficialmente a Martínez y Pinola a suministrar energía al vecindario, por medio del Decreto N° 062364, del 15 de mayo de 1940, expediente 15930 T 1940. Mientras que el Decreto N° 40800/34, establece y regula oficialmente la tarifa de uso y la duración de la concesión fijada en 20 años.

Esta usina significó crecimiento para la pequeña ciudad. El pueblo crecía y esto demandaba más suministro de energía, Hubo crecimiento en la edificación, surgieron nuevos negocios y almacenes. Este crecimiento necesitaba el acompañamiento de un motor de mayor potencia y nuevos espacios. Fue así, que en 1942, en la casa particular de Esteban Martínez, que poseía dos galpones, se instaló el motor JUNG SD 130 de 45 HP y 35 Kw, provisto por la empresa Thyssen- Metal de Buenos Aires.

Río Grande se perfilaba como una ciudad petrolera. Así se perforó con éxito el primer pozo denominado TF 1 en 1947; esto significa que la población de la ciudad crecía día a día, y junto a esto aumenta, la demanda de servicios y para ello era fundamental seguir ampliando los motores, “(…) con el advenimiento del petróleo en el 1947, compran con fondos propios y una financiación del Banco Industrial, dos motores Caterpillar D 13000 de 75 Kw cada uno. El primero de estos equipos comenzó a funcionar en 1948 y el segundo en el año siguiente.”

(🎙) Aire Libre FM 96.3: