DIA 169: Mabel Rosa Rubano (2 parte)

Hoy continuamos con la historia de Mabel Rosa Rubano, entrevista realizada por Alejandra Lisardo, con la intención de registrar historias de mujeres en el centenario de nuestra ciudad…

Continúa relatando:
Empieza a trabajar en La Calesita Encantada en marzo del año 1977 y en agosto la nombran maestra titular. En septiembre del mismo año, se va la directora y Mabel pasa a ocupar el cargo por tener el mayor puntaje. Allí trabajaría desde ese año, hasta jubilarse.

En el año 1985 Mabel es nombrada Supervisora de educación Inicial Provincial: “Viajábamos a Tolhuin y Ushuaia con mi hijo Leandro en “Los Carlos”.
Desde que tenía 12 o quizás, 13 años Mabel ya sentía deseos de ser maestra. Recuerda que algunas personas le decían que no estudiara esa carrera porque no iba a ganar bien.

También, recuerda con nostalgia la función de directora: “Fue muy rápido que llegué a ocupar ese cargo y al final, eso hizo que casi no se tuviera tiempo como maestra”, expresa.
Al no tener auto, Mabel caminaba. Desde una casita que alquilaban cerca de la torre de agua, se iba todos los días hasta La Calesita Encantada. Llevaba a su hijo Diego, que era bebé aún, en una sillita que se colgaba, lo dejaba en la guardería de las hermanas, que estaba frente al jardín, en la esquina de Don Bosco y Alberdi.

La juventud ayudó a sobrellevar las inclemencias del tiempo. Mabel recuerda que les exigían el participar de los actos patrios en la plaza, y del frio se quedaban pegados al piso, “Así que, nos quedábamos zapateando”, relata.

Al haber poca gente en la ciudad, se conocían casi todos. En ese sentido, tiene recuerdos muy gratos como consiguieron alquilar la primera casa familiar. Entre los padres y docentes de la Escuela 2; y los dueños de la pensión, les ayudaron a amoblar la vivienda, ya que ellos solo tenían sus mochilas y su carpa: “Nuestros amigos eran nuestra familia”, dice agradecida.
Hoy, Mabel se siente muy orgullosa de dedicarse a la pintura. Actividad que comenzó después de jubilarse, y que disfruta mucho. Fue su hija quien le regaló un mes de clases frente a la plaza en La Urraca.

A la Mabel joven, esta Mabel le aconsejaría que se dedicara a disfrutar un tiempo más el dar clase, el aula. Y le recuerda que aun, tiene pendiente aprender a tocar el piano.
“A las mujeres le diría, que cada una le pueda transmitir amor a esta tierra, que tiene muchas cosas que no se saben valorar: el mar, el bosque… que traten de influenciar este amor por nuestra tierra”, expresa.

Mabel, además tiene un deseo: quiere que la recuerden siempre, como parte de la familia de La Calesita Encantada. Y asegura que le encanta que su hija Ivana hoy sea una gran docente, y que ella siga trabajando en La Calesita.
Sin dudarlo, dice que nunca le costó el desarraigo. Ambos, Ernesto y ella, estaban convencidos de construir su futuro en Río Grande. Recuerda con cariño a Vicente Ferrer, quien era el intendente, y les ayudó a conseguir la casa en calle Alberdi.


(🎙) Aire Libre FM 96.3: