“Amo a los Animales” afronta una deuda de más de un millón de pesos y pide ayuda para continuar con los rescates
La organización, activa desde hace quince años, atraviesa uno de los meses más difíciles debido a una seguidilla de cirugías complejas. “La gente recontra apoya, pero este mes no llegamos”, dijo Lorena Silva. En diálogo con AIRE LIBRE FM.
Lorena Silva, integrante de la Protectora “Amo a los Animales”, contó que la organización trabaja únicamente con dos veterinarias: Alfa y Río Grande, del doctor Aldo. Allí llevan los casos más complejos, desde internaciones hasta cirugías. “Todos los meses tenemos una deuda importante, y este mes se complicó ”, relató.
El monto total casi alcanza los tres millones de pesos. “Pagamos el otro día algo de un millón novecientos, así que nos quedaría un millón cien”, explicó. La preocupación es clara: “La idea no es quedar debiendo, porque si quedamos debiendo tenemos que cortar la cuenta. Porque se nos junta con el mes siguiente”.
Silva destacó el apoyo de la comunidad: “La gente recontra apoya, vos no sabés. Hay gente que es puro amor”. Sin embargo, esta vez necesitan más colaboración para cerrar el mes. Para afrontar la deuda, están vendiendo rifas a dos mil pesos el número. “Los publicamos a diario en la página. Hemos vendido un montón, pero necesitamos seguir vendiendo”, explicó.
El alias para colaborar es amoalosanimales.tdf, a nombre de María Gayá. Además, quienes adquieren números pueden hacerlo escribiendo a la página o al celular 2964 40 50 26. “Estamos 24/7”, afirmó Lorena. El fin de semana, incluso, atendió hasta las dos de la mañana vendiendo rifas.
El gasto extraordinario del mes tiene un motivo claro: una seguidilla de animales con patologías graves. El caso más costoso fue el de Dora, una perra comunitaria de Tolhuin. “Por lo que se ve en el video, la atropellaron a propósito”, dijo Silva. Fue trasladada desde Tolhuin con una fractura severa en la pierna.
Tras una cirugía con tutor, el resultado no fue exitoso: “Se volvió a quebrar, después de casi treinta, cuarenta días”. Dora, además, tenía una escara profunda que descubrieron más tarde. Entre traslados, tratamientos y microcirugías, la perra “nos llevó como un millón quinientos nada más”, comentó.
Otros casos del mes incluyen: Panchita, una perra pequeña atacada por cuatro o cinco perros, “lastimada por todos lados”, que pronto estará lista para adopción. Un perro con una pata destrozada “en la mitad eran los dos huesos”, donde finalmente hubo que amputar.
“Las cirugías son caras”, insistió Silva. Al enterarse del total de la deuda, la reacción fue inmediata: “Caímos así, pum”. Aun así, destacó al veterinario: “Aldo es un ser de otro planeta. Sabe que jamás en quince años le faltamos”.
Silva recordó además la importancia de las casas de tránsito, un recurso fundamental para los perros rescatados: “Nos hacemos cargo del alimento, la atención veterinaria y si hace falta traslado. Lo único que necesitas es tener un lugarcito. Un patio”.
Explicó que el tiempo mínimo ideal es de un mes, para evitar cambios bruscos que afecten la salud emocional de los animales: “Los animales se adaptan enseguida, pero sufren estos cambios”. También señaló que muchas personas temen encariñarse: “Lo que yo les digo es que no sean egoístas. Las casas de tránsito son un puente entre la mala vida del animal y el final del círculo con una familia llena de amor”.
Hay historias que cierran con final feliz, como el caso de Victoria, rescatada de zoonosis en estado extremo y luego recuperada por una familia que decidió adoptarla definitivamente. “Decís: Dios mío, gracias por poder vivir estas experiencias”, expresó Silva.
Una oyente mencionó que muchos no adoptan por los requisitos. Silva lo admitió con humor: “Somos insoportables”. Pero explicó el motivo: la tasa de devoluciones. “Los entregamos con dos meses, divinos, y nos los devuelven con nueve o diez meses sin castrar, sin vacunar, sin desparasitar”.
Por eso el proceso es riguroso: formulario, datos del hogar, alquiler, posibilidades reales, incluso prever qué pasaría “si el matrimonio se separa”. Aun así, algunas mascotas regresan a la protectora, que a veces no tiene más capacidad: “Nos empezamos a desesperar porque no nos entra un animal más”.
Silva cerró pidiendo empatía hacia los animales y responsabilidad en la tenencia. También reiteró el alias para colaborar: amoalosanimales.tdf, y su contacto: 2964 40 50 26.
“Necesitamos que nos sigan apoyando para poder terminar de saldarla”, dijo sobre la deuda del mes. Y sobre el trabajo de rescate, agregó: “Es por ellos. Para que puedan terminar su vida con una familia que los ame”.
(EN EL AUDIO LA ENTREVISTA COMPLETA)
() Aire Libre FM 96.3:













