Guillermo López Barrios: “La disolución de la agencia regulatoria del cannabis afecta nuestra labor”

En un diálogo reciente con AIRE LIBRE FM, Guillermo López Barrios, cultivador solidario, abordó las implicancias de la reciente disolución de la agencia regulatoria de la industria del cáñamo y el cannabis medicinal, anunciada por el gobierno nacional. Esta decisión ha generado inquietud entre los cultivadores y pacientes que dependen de estos tratamientos.
El Poder Ejecutivo con el Decreto 462/2025 disuelve la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), sus funciones se reparten entre la ANMAT que regula todo lo relacionado con cannabis medicinal, Secretaría de Industria y Comercio que regula cáñamo industrial y Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca que regula semillas de cannabis.
“Con respecto a esto, la disolución de la agencia provoca que toda la actividad que estaba nucleada en una sola área se disperse”, explicó López Barrios. A pesar de esta reestructuración, consideró que, para la comunidad de Tierra del Fuego, el impacto no ha sido tan significativo en el día a día, pero advirtió sobre la vulnerabilidad que enfrenta su trabajo como cultivador solidario.
López Barrios asiste actualmente a 320 pacientes en la provincia, todos bajo prescripción médica. Sin embargo, expresó su preocupación por la falta de reglamentación clara, que podría limitar su capacidad de asistencia. “En cuatro meses, los cultivadores solidarios quedarán como un cultivo y un paciente más, lo que significaría que no podríamos seguir asistiendo a la cantidad de personas que lo necesitan”, afirmó.
El cultivador también mencionó que, aunque existen varias organizaciones no gubernamentales (ONG) en proceso de conformación, la mayoría de los cultivadores operan a título personal. “La realidad es que si no hay una reglamentación que nos permita trabajar de manera formal, los pacientes corren el riesgo de quedar desamparados”, agregó.
Respecto a la calidad del cannabis que producen, López Barrios aseguró que se están realizando los controles necesarios. “Nosotros trabajamos con 14 tipos de aceites, todos cromatografiados, y el municipio está implementando un programa para controlar las muestras”, comentó. Sin embargo, la falta de una normativa que respalde su labor genera incertidumbre sobre el futuro de los tratamientos.
López Barrios también destacó la necesidad de una comunicación efectiva con el Ministerio de Salud para garantizar que todos los pacientes que requieren cannabis medicinal tengan acceso. “No estamos en contra de los controles, al contrario, queremos que haya más supervisión para asegurar la calidad del producto”, dijo.
El cultivador solidario enfatizó que cada paciente es único y que no se puede tomar decisiones arbitrarias sobre quién merece recibir tratamiento. “No soy médico y no puedo decidir quién necesita más atención. La realidad es que estamos hablando de vidas humanas y de la calidad de vida de muchas personas”, sostuvo.
López Barrios cerró la conversación reafirmando su compromiso con los pacientes y la comunidad, instando a las autoridades a actuar con celeridad para establecer un marco regulatorio que permita continuar con su labor de manera responsable y efectiva. “El dolor no espera, y cuando nos toca de cerca, la importancia del cannabis medicinal se vuelve evidente”, concluyó.
La situación de los cultivadores solidarios en Tierra del Fuego sigue siendo crítica, y la necesidad de un marco regulatorio claro se vuelve cada vez más urgente para garantizar el acceso a tratamientos que mejoran la calidad de vida de muchos.
() Aire Libre FM 96.3: