DIA 37 Inauguración de un nuevo edificio del Banco Nación
El 1 de marzo de 1943 se inauguró la sucursal del Banco Nación de Río Grande, en la intersección de las avenidas 9 de Julio y San Martín.
El Banco de la Nación Argentina fue fundado en 1891 por iniciativa del Presidente Carlos Pellegrini, como un medio para resolver los embates de una devastadora crisis económica que afectaba, en especial, al sistema bancario existente en ese momento. De capital enteramente estatal, en pocos años abarcó en su giro, a toda la geografía nacional y se convirtió en el mayor banco comercial argentino. Desde entonces, participó activamente en los principales acontecimientos de la vida económica del país. Tuvo una actitud descollante en la asistencia al sector rural, a tal punto que contribuyó decisivamente a que la República Argentina se convirtiera en una potencia mundial en el segmento de los agronegocios. Es su prioridad la atención a las Pequeñas y Medianas Empresas, como así también asistir las economías regionales y a toda su gente, inclusive en las localidades alejadas de los grandes centros y de menor relevancia.
Esta importante institución comenzó a funcionar oficialmente el 1 de marzo de 1943 en la ciudad de Río Grande. Su edificio -con una arquitectura semejante a las demás sucursales del país- fue construido en menos de 2 años. El mismo no solo cuenta con las oficinas para atención al público, sino que también cuenta con una vivienda para el gerente. Su primer gerente fue el Sr. Guillermo Ryderch Iwan.
Dentro de sus actividades más relevantes se encontraron su trabajo con las sucursales de Río Gallegos y con las entidades bancarias de Punta Arenas, ya que en ésta última muchos obreros rurales cambiaban sus cheques salariales y la presencia del Banco Nación evitaba que los mismos fueran endosados y que en ello el trabajador perdiera parte de su jornal debido al pago de “comisiones”. Asimismo, la presencia de esta sucursal permitió agilizar el pago salarial del personal de la administración pública de la zona norte.
Los primeros caudales que permitieron la puesta en marcha de la sucursal de Río Grande, arribaron a la ciudad vía marítima, siendo el oficial policial Anibal Allen quien los custodió hasta ponerlos en manos del gerente regional. Al respecto se registra una sencilla anécdota, “El gerente recibió la carga y para estupor de los policías decidió dejar la gran caja en la vereda, ¡total quien iba a poder moverla! Al día siguiente cuando llegaran los empleados, al fin tendrían algo que hacer. Los caudales del primer banco, durmieron su primer noche riograndense, en la vereda.”
Hoy, después de tantos años, y grandes transformaciones edilicias -que han respetado se fachada original- sigue funcionando como una de las principales casas bancarias de nuestra ciudad.
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