Siguen las manifestaciones populares en una Punta Arenas militarizada

Este martes, igual que en todo el país, miles de personas se manifestaron por las calles del centro de la ciudad. Paralelamente, una gran caravana de vehículos se congregó en el sector norte, donde automovilistas se dirigieron en columnas hasta el centro de Punta Arenas. Por varias horas las personas se mantuvieron en el centro de Punta Arenas, y este miércoles se espera una jornada similar.

Ni siquiera cuando Chile fue dos veces campeón de la Copa América, en 2015 y 2016, hubo tal nivel de manifestación ciudadana en el centro de Punta Arenas. Solamente las marchas por el alza del gas de 2011 compiten contra lo que se ha visto en los últimos días, en que la gente, más que contra un gobierno en particular, se cansó de un sistema que los mantenía oprimidos y que ahora saca la voz como un desahogo. Hacer estimaciones de la cantidad de gente que hubo ayer resultaría inoficioso, pues ahora en lugar de una marcha lineal por las calles, los manifestantes coparon las calles céntricas o se instalaron en plazas.

Desde las 16 horas comenzó la gente a congregarse en distintos puntos del centro, como el bandejón de Avenida Colón, entre Bories y Chiloé, donde grupos de jóvenes ensayaban coreografías y ese canto que se ha convertido en un símbolo de estas marchas: “Abrazame”, de la cantante Cami. Después, la gente se congregó donde se ubica el asta monumental de la Plaza Muñoz Gamero y recorrió Bories, diagonal Don Bosco y Magallanes.

Gente de todas las edades acudió a la cita. Familias enteras, donde desde niños a adultos mayores expresaron sus mensajes, especialmente a través de pancartas, en las que se enfatizaba la idea de que los chilenos perdieron el miedo y que el país despertó.

Miriam Díaz Ulloa comentó que “estamos en todo nuestro derecho de apoyar a la gente; yo soy trabajadora independiente, pero me adhiero a todo esto, porque creo que los chilenos merecen dignidad. Le pedimos a nuestro señor Presidente que mire a su pueblo”, exigió Díaz, apuntando al final que “también soy nieta de un veterano de guerra, tal como son los militares”.

Junto a su hija, Adalina Domínguez, expresó que salió a marchar “por los que vienen, mis hijos, mis nietos, y no solamente por uno, por todo el resto de las personas. Las pensiones, yo lo digo por experiencia, porque mi marido tiene pensión de invalidez”.

Los jóvenes han hecho la mayor fuerza en este movimiento. En muchos análisis tanto nacionales como extranjeros, se ha dicho que quienes nacieron en democracia no vivieron los años de toques de queda o presencia masiva de militares en las calles. Y que por eso, no sienten el miedo de quienes tienen más de 35 años. Dos estudiantes de la Umag lo demostraron: Florencia Abello opinó que “esto me parece excelente, la gente despertó, fueron demasiados años de abusos, de corrupción, este país es de todos, no solamente de algunos”, mientras que su compañera Francisca Fernández añadió que “me parece súper bien, ojalá se sigan uniendo cada vez más personas para que vivamos un cambio de verdad”.

Héctor Rabanal Canto andaba solo, pero sacó con fuerza su voz sobre esta movilización: “Me parece que es lo que corresponde, de acuerdo a los 30 años que se llevan mintiendo en este país, engañando a la gente, robando en la educación, cambiando la educación, robando en las AFP, ustedes jubilan a los 65 años y a los 70 los quieren aumentar, cuando vas derecho al cajón, o sea, no hay derecho a descansar. Los únicos que tienen derecho a descansar en este país son ladrones de arriba, los Piñera y toda su familia para abajo; y ahora quiero decirle a los sinvergüenzas, que todos vieron cómo se murieron las cabritas y los burritos en el norte de Chile y ahora apareció el agua, ahora el señor Pérez Yoma soltó el agua, secó los olivos en Huasco y ahora aparece el agua, ¿por qué? Porque están muertos de miedo, por todo lo que han hecho en este país. Hay que mejorar la salud, la educación y la jubilación, nosotros los ancianos ya estamos sonados, pero los jóvenes que vienen no tienen por qué jubilar e irse derecho al cajón, en cambio, otros con veinte años de servicio, jubilan, se compran un taxi y les hacen todavía la competencia a los que trabajan dignamente”.

Ley del Cáncer

Menos vehemente, Víctor Hernández destacó que este movimiento social “hacía falta, porque en Chile, especialmente en las regiones extremas, siempre estamos mal, casi como que no se considera Magallanes en algunos casos. Hay algo bueno en las marchas, pero hay otras cosas que no están bien, como los destrozos, el vandalismo no es bueno. Lo que uno comparte es que las marchas sean pacíficas, se hagan escuchar y que se vea que somos una ciudad tranquila, pero a la vez, cuando se necesita esto, estamos adelante”, resaltó Hernández, que en su cartel, pedía por una ley del cáncer, pues “tengo cáncer y son recursos que el gobierno no nos está dando, no solamente en la región, sino a nivel nacional. Como agrupación estamos esperando que salga lo antes posible por intermedio de los diputados y senadores una ley”.

Finalmente, acompañada de su hija, Alicia Agüero: “Todos los días hemos venido a la plaza en forma pacífica. Me parece que ya era hora que como país despertemos, ante tanta injusticia social. Acá los beneficios son para los empresarios, para la gente de la clase alta, y nosotros, clase media-baja, no tenemos pensiones dignas, nuestros hijos no tienen educación, no tenemos lo mínimo en salud; la gente se está muriendo, mi madre murió de cáncer, por eso estoy acá. Voy a jubilarme con una pensión miserable después de haber trabajado toda mi vida, desde que me titulé de profesora, no he parado de trabajar y en realidad, la injusticia ya no da para más. Los adultos mayores se están muriendo de hambre, de común acuerdo se están quitando la vida como pasó la otra vez, que un abuelo mató a su esposa y después se mató él, dejaron una carta, porque no tenían qué comer pues sus pensiones son miserables, y el lucro de las pensiones, que sí da para que sean más alta, se la lleva la gente con más recursos de nuestro país y eso no puede seguir así. La gente despertó y sin violencia, la violencia viene de parte del Estado, que saca a la calle Fuerzas Especiales y militares a reprimir manifestaciones pacíficas con bombas lacrimógenas, guanaco y eso despierta la violencia de un grupo de la población. Al final, son noticia los saqueos, los disturbios y no la injusticia social, por lo que creo que se está perdiendo el foco, pero la mayoría de la gente y los que estamos acá, lo tenemos súper claro”.

A medida que transcurrió la tarde, si bien disminuyó la cantidad de personas marchando, aumentó la de autos, que a bocinazos alentaban a los demás. También hubo música, con cantantes folclóricos y populares, y hasta un DJ puso a bailar a la gente, mientras los vendedores de banderas se hacían “el pino”, con toda la gente que quería manifestarse. La jornada terminó sin incidentes.

(La Prensa Austral)