La causa del homicidio de Juan Carlos Lucena fue elevada a juicio oral

Facundo Oscar Mancilla (21) y Eduardo Javier Acosta (24); enfrentarán el proceso de juicio oral por el crimen del jubilado municipal Juan Carlos Lucena, hecho que conmovió a la población de Río Grande, el pasado 20 de enero. Ambos fueron encontrados penalmente responsables del delito de homicidio doblemente agravado.

La Fiscalía procedió a conformar el requerimiento de elevación a juicio de la causa del crimen de Juan Carlos Lucena (68), un empleado municipal jubilado, que fue apuñalado en los patios internos del barrio textil de ésta ciudad, por el cual están procesados y con prisión preventiva, Facundo Oscar Mancilla (21) y Eduardo Javier Acosta (24).

En la causa estaban implicadas otras cuatro personas como presuntas encubridoras de este aberrante hecho que sucedió el 20 de enero, a plena luz del día, pero en el requerimiento de la Fiscalía fue desestimada la acusación que pesaba contra Alberto Omar Torres, Leandro Emmanuel Acuña, Rodrigo Sebastián Machao y Franco Daniel Mancilla. Todos los nombrados, durante la instrucción de la causa fueron detenidos, pero a medida que avanzó la investigación recuperaron la libertad y fueron sobreseídos.

Facundo Oscar Mancilla y Eduardo Javier Acosta están procesados por el delito de homicidio doblemente agravado por haber sido cometido con alevosía y criminis causae; ya que el móvil fue el de sustraerle objetos de valor a la víctima y, además, por haberlo puesto en estado de indefensión para asestarle ocho certeras puñaladas.

El hecho fue cometido el 20 de enero, en horario próximo a las 18.30; en el pasillo derivador de calle Aeroposta Argentina Frente al numeral 453 edificio 13 departamentos 9 y 10 del Barrio Texil. En ese lugar, Facundo Oscar Mancilla y Eduardo Javier Acosta, actuaron en modo compartido y preacordado, dividiendo sus labores, con la finalidad de concretar y asegurar el apoderamiento ilegítimo de cosas muebles propiedad de la víctima.

Surge de las filmaciones que muestran el andar desprevenido y desatento de Lucena frente al potencial peligro que lo esperaba escasos pasos adelante, donde los imputados lo estaban esperando al acecho. Así fue que Acosta pasó junto a Lucena disimulando su intensión y una vez que la víctima lo perdió de vista al haberlo dejado atrás y hallándose de espaldas a su atacante, fue el momento en el que Acosta giró y se abalanzó contra Lucena desde atrás tomándolo con sus brazos y sorprendiéndolo e impidiéndole ejercer defensa, tanto por la sorpresa, como por la diferencia de contextura física, edad y estado de salud.

En ese momento y apreciando justamente, que la víctima estaba indefensa, Facundo Mancilla entró en escena y acomete contra Lucena asestándole al menos ocho puñaladas en el sector naturalmente mortal, que le produjo un masivo sangrado y la irremediable muerte consecuente. Tras dicho ataque ambos imputados tras hacerse de las pertenencias de la víctima se dieron a la fuga.

En el procesamiento dictado contra los dos acusados, el juez de la causa, Daniel Cesari Hernández, sostuvo que se trató de “un ataque a traición e incluso cobarde, calificativos que encuentran su razón, precisamente en el hecho de que la víctima es colocada en una situación de inferioridad que le impide defenderse y al mismo tiempo, le facilita el homicidio al sujeto activo, quien no corre riesgos, esto es, actúa sobre seguro; actúa en una situación de superioridad”.