DIA 184 El Autódromo de la ciudad, su historia

Hoy nuestra historia, está relacionada con El Autódromo “Ciudad de Río Grande”. Y como aquel viejo trazado de ripio se convirtió con el paso del tiempo, en un escenario donde brillaron grandes pilotos locales, regionales y nacionales.

Toda una historia en una localidad donde el automovilismo es pasión de multitudes. Compartimos la historia que escribió Francisco Segundo “Condorito” Andrade. Hace algunos años atrás.

Cuando aquel 17 de octubre de 1952….por invitación del entonces coronel Perón, bajo su presidencia se invitaba a todo el país, incluido el ex territorio de Tierra del Fuego, a la inauguración del primer autódromo en la ciudad de Buenos Aires, que llevó como primer nombre “17 de octubre”, después de su derrocamiento en 1955,se pasó a llamar Juan Alfredo Gálvez.

También, el mismo día, desde Perito Moreno y 9 de julio sobre un circuito urbano en Río Grande, a la hora 14 un grupo de lugareños, da puntapié de la primera competencia en toda la Tierra del Fuego dicho circuito llevaba como nombre a una máxima líder argentina “EVA PERON”, el recorrido era el siguiente: de Perito y 9 de julio, todo por Perito, hasta Ricardo Rojas girando por zona de prefectura retomando por San Martín, hasta Espora, de ahí a Elcano rumbo a Thorne luego por 25 de mayo bajando por Perito nuevamente…

Pocos años más tarde se vio más velocidad en los autos, como por ejemplo la carrera del 5 de febrero de 1967 una de la más rápida de aquel año…recordando algunas de las marcas automotrices de la época Volkswagen 1600, Ford Mustang, Chevy Súper Sport, Ford Falcon, corredores de Chile con autos marca Borgward, Volvo, Ford Ranchera, y otros, esta fue una de las competencias urbanas más rápidas.

Pero, llega el día “D“, un 1° de mayo de 1972

El reloj marcaba las 13:30 P.M. tal como estaba previsto izaban la enseña azul y blanco nuestra bandera patria, se encontraba presente, el señor intendente mandato cumplido Néstor Nogar, creador e ideólogo en su mayor parte del autódromo de 3.000 metros con las medidas y curvas que corresponden a un autódromo municipal, como representante del gobierno del territorio el cual aún no era provincia, se contó con el señor ministro de economía Sr. Mariano Roberto Viaña y el Sr. Ángel San Juan comerciante y pionero de la primera carrera del 17 de octubre de 1952. A continuación, se bendijo el autódromo con un gentío impresionante en medio de la euforia y algarabía general el intendente tuerca (así se lo llamaba por su participación en el automovilismo urbano) procede a bajar la bandera a cuadros a la primera categoría A.
En ésta categoría fácil fue el triunfo de Lorenzo Melogno, hombre de inigual manejo y buen preparador mecánico. En ésta prueba compitió el ushuaiense Moreno Preto, con un Fiat 600, Preto pincha neumático en la segunda vuelta, creemos los memoriosos que ese percance nos evitó presenciar un lindo duelo con el ganador Melogno.

Luego se largó la segunda carrera para autos de 851 a 1300 centímetros cúbicos. Vicente el “tano” Filosa al comando de un Fiat 128 se impuso fácilmente a otro Fiat 128 el de Héctor Bellagamba, luego y hasta la cat. 2000centímetros cúbicos se impuso en hábil manejo el Peugeot 504 de René Díaz.

De la jornada que no se hizo esperar y en medio de una gran expectación y en medio del rugir de motores se larga la categoría 4100cc., picó en punta el Ford Falcon de nada mas y nada menos el intendente Néstor Nogar seguido por Carlos Pastoriza, quien superó a Nogar en la primera curva así las posiciones hasta la 3° vuelta, donde se apreciaba el andar del Ushuaiense Moreno Preto quien asedió de cerca de Néstor Nogar, éstos tres coches al promediar la 3° vuelta iban separados entre sí a pequeñas distancias, Moreno Preto hace sentir su mayor cilindrada en su máquina y pasa a comandar hasta el final.

Luego se larga la última carrera de la tarde, casi reservada a damas y aquí ganó Victoria Nogar cómodamente, la que en las carreras urbanas ganara ya tres títulos.

En 1971 un 1° de mayo se realiza ya la última competencia urbana y era insostenible seguir corriendo dentro del pueblo de Río Grande ya que la velocidad y la habilidad de manejo de los pilotos y también mujeres (que no eran más de cinco) se animaron a correr codo a codo con sus pares varones, en la misma categoría, éstas aguerridas mujeres pasaron a la historia demostrando manejo y velocidad, pero volviendo a los riesgos ya que en su momento algunos competidores provocaron situaciones de peligro recordando en algunas carreras de estrellarse contra las casas de los pueblerinos ocasionando daños del cual el mismo piloto se encargaba de restaurar o pagar los mismos.

Este relato pertenece a la recopilación histórica, que por gentileza de los protagonistas de la época del cual han confiado plenamente en el resguardo y publicación, como historiador en automovilismo regional y socio activo de la SADE Sociedad Argentina de Escritores. Andrade Francisco Segundo


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